Lamentablemente, lo malo de esta vida que llevo, hace que me pierda buenos momentos. Y en esas estaba cuando viendo Vacaciones en ferragosto me quedé dormido.
Fué un ligero dormitar, una especie de siesta post-caña-pre-cine. Pero me dormí y eso es significativo. ´Pero quedarme solo en eso sería cuanto menos injusto.
Pranzo de Ferragosto, es una película entrañable tierna y dulce como pocas. Un hijo echado en años, con apuros económicos y una madre a cuestas se dispone a pasar la fiesta de ferragosto (15 de agosto) con tranquilidad en Roma, pero la circustancias le llevan a tener como invitadas a un grupo de entrañables, gruñonas y desmemoriadas octogenarias.
Sin caer en el sentimentalismo, y con unos medios más que límitados el director-guionista-protagonista nos lleva a una comida en la que sentirnos más jóvenes y vivos que nunca.
Por dios, no perdérsela!
domingo, 31 de mayo de 2009
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